• Reducción de tiempos, en tareas de impresión y envío de facturas por correo.
• Disminución de los costos asociados a la emisión, el envío de facturas y el almacenamiento en los casos de facturación electrónica.
• Optimización de los flujos de aprobación.
• Sistematización de los procesos de contabilización.
• Disminución de uso de papel y de su transporte, contribuyendo a mejorar el medio ambiente.
• Reducción de riesgos de pérdida de documentos.
• Facilidad y agilidad de acceso a las facturas.
• Eficiencia en la gestión del proveedor y clientes.